Un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA), indica que amamantar al bebé durante al menos seis meses reduce hasta en un 47% el riesgo de que la madre desarrolle diabetes a lo largo de su vida.
“Comprobamos la existencia de una relación muy fuerte entre la duración del amamantamiento de un niño y la reducción del riesgo de desarrollar una diabetes tipo 2”, concluyeron los investigadores.
La razón de las consecuencias benéficas del amamantamiento para la salud de las mujeres no ha sido aún completamente determinada, destacaron. La respuesta, piensan, podría residir en las hormonas, que podrían actuar como agentes protectores. No amamantar podría, por el contrario, alterar el equilibrio hormonal.
“Los resultados de este estudio podrían tener un impacto sobre las políticas sociales, al alentar la prolongación de la licencia por maternidad”, señalaron los científicos.
Las recomendaciones a nivel mundial sugieren que la lactancia materna debe ser el único alimento durante los seis primeros meses de vida de un bebe y debe extenderse, al menos, hasta el primer año, complementada con otros alimentos.
Eso asegura en el niño los nutrientes necesarios para crecer y desarrollarse de una forma saludable.
En las mujeres, en tanto, diversos estudios han comprobado que amamantar implica menores niveles de colesterol, presión arterial y azúcar en la sangre tras el embarazo; también reduce el riesgo de sufrir un infarto o un ictus, y una menor probabilidad de padecer esclerosis múltiple y cáncer de mama u ovario a lo largo de la vida.
El Estudio descubrió que aquellas que dieron de amamantar durante un período máximo de seis meses tenían un riesgo 25% inferior de desarrollar diabetes tipo 2, en comparación con quienes no daban pecho; sin embargo, ese porcentaje aumentaba a 47% si la lactancia se extendía más allá del medio año de vida del niño.
“La incidencia de diabetes disminuyó de manera gradual a medida que aumentaba la duración de la lactancia, independientemente de la raza, la diabetes gestacional, los hábitos de vida, el tamaño corporal y otros factores de riesgo metabólicos medidos antes del embarazo”, precisa la investigación, quien estima que esto puede sugerir la posibilidad de que el mecanismo subyacente tenga un carácter biológico.
Aunque no está del todo determinado, se estima que las hormonas asociadas a la lactancia ejercerían un efecto sobre las células pancreáticas que controlan los niveles plasmáticos de insulina en la sangre y, por ende, en las concentraciones de glucosa.
“Sabemos desde hace mucho tiempo que la lactancia materna tiene muchos beneficios tanto para las madres como para sus hijos; sin embargo, la evidencia previa mostró efectos débiles sobre las enfermedades crónicas en las mujeres”, plantea en el estudio la doctora Tracy Flanagan, una de las investigadoras.
“Ahora vemos una protección mucho más sólida. Esta es otra razón por la que los médicos, las enfermeras y los hospitales, así como los responsables de la formulación de políticas públicas, deberían apoyar a las mujeres y sus familias a amamantar el mayor tiempo posible”.
Fuente: www.economiaynegocios.cl